El Museo Nacional de San Carlos invita a todos sus visitantes para que participen de las clases de tango que se imparten los días sábado a partir de las 15:00 horas. Con actividades como esta, el museo presta el espacio para la inclusión y el desarrollo de otras artes.
El tango tiene su origen en el puerto de Buenos Aires y en los márgenes del Río de la Plata, entre los años de 1850 a 1890. Viene acompañado del crecimiento de la sociedad argentina, formada en gran medida por inmigrantes europeos.

En los barrios argentinos surgió el “tango arrabalero”, bailado en arrabales y caracterizado por su sensualidad cuando hombres y mujeres bailaban con los cuerpos abrazados; aspecto que escandalizó a la sociedad del momento, por lo que el tango fue considerado como un baile de los estratos sociales menores pues se asoció con la lujuria, la bebida y los prostíbulos. Incluso, su prohibición provocó que el baile se llevara a cabo en lugares ocultos. Llega a Europa hasta 1910, específicamente a París, y de ahí comienza a extenderse su popularidad. Ese momento marcó la introducción del baile a los sectores más altos de la sociedad. En Norteamérica se hizo famoso a través de la figura de Rodolfo Valentino, quien baila tango vestido de gaucho en la película The four horsemen of the Apocalypse (1921).

Las influencias del tango son varias, no obstante, predominan los ritmos africanos, elementos de la cultura gauchesca, indígena, española e italiana, más los aportes que proveen los inmigrantes europeos (por ejemplo, el sonido del bandoneón es de origen alemán). Las letras de las canciones poseen un lenguaje local denominado lunfardo y expresan las emociones y tristezas del hombre mediante la sustitución de sustantivos de una lengua por otra y la pronunciación de las palabras cambiando el orden de las sílabas. Musicalmente participan la orquesta, dos bandoneones, dos violines, el piano y un contrabajo.
Ahora bien, el origen de la palabra tango se encuentra en la lengua africana, hispánica y colonial. Existen teorías de que deriva de la palabra tang, que en una de las lenguas africanas significa palpar, tocar o acercarse; en castellano se considera que proviene de una voz derivada de tangir, que en español antiguo equivale a tañer y de tangere en latín, es decir, tocar. Asimismo, tango era utilizado por los negros en la colonia para nombrar a sus parches de percusión; aunque ellos pronunciaban la palabra acentuando la última vocal (tangó). Tangó también eran los bailes organizados por los negros que llegaron al Río de la Plata.
Una vez que el tango deja de ser “exclusivo” de clases bajas e inicia el proceso de aceptación por los demás estratos sociales, el baile pierde su prepotencia y la alegría de sus inicios para empaparse de sentimentalidad y tristeza, alejándose de ese origen prostibulario sin perder la sensualidad que lo caracteriza.
Referencia:
Museo Histórico de Cera, “El Tango”, ˂http://www.museodecera.com.ar/el_tango.html˃, (12 de marzo de 2015).
Escrito por: Mónica González Camacho